sábado, 16 de junio de 2018

Francia 2 - Australia 1

La tecnología le dio una mano al equipo francés. El árbitro uruguayo Andrés Cunha recurrió al VAR para sancionar (mal) un penal contra Griezmann (convertido) y se apoyó en su reloj para convalidar el gol de Pogba. Los sensores que tiene la pelota le indicaron que había traspuesto la línea de meta.

viernes, 15 de junio de 2018

Portugal 3 - España 3

Triplete de Cristiano Ronaldo. Los primeros dos goles fueron con ayuda externa: el árbitro Gianluca Rocchi inventó un penal en el 1-0 y De Gea puso las manos flojas en el 2-1. El tercero fue una exquisitez de tiro libre. CR7 peleó solo contra el rival. España contó con un Diego Costa enchufado, autor de dos tantos. Tuvo asociaciones, juego colectivo y temple anímico para reponerse de dos desventajas en el marcador.

Marruecos 0 - Irán 1

Lo mejor se vio en el primer tiempo, cuando Marruecos tomó la iniciativa y llegó con peligro e Irán contestó de contraataque, obligando al arquero El Kajoui a intervenir. En el complemento, decayó el nivel futbolístico y en tiempo de descuento Bouhaddouz anotó en contra. Fue un premio para el equipo que nunca se desordenó y un castigo para el que atacó mal.

Egipto 0 - Uruguay 1

La Celeste fue de menor a mayor. Lo ganó sobre el final con gol de Giménez y lo justificó por lo hecho en el segundo tiempo cuando el arquero egipcio le ahogó el grito de gol a Suárez y Cavani. Edinson también estrelló un tiro libre en el palo izquierdo. Egipto fue un equipo compacto, ordenado tácticamente, y buscó salir de contraataque. Pero perdió el partido en una pelota parada.

jueves, 14 de junio de 2018

Rusia 5 - Arabia Saudita 0

Adónde se metió Pizzi; quién lo mandó. Arabia fue un equipo frágil en defensa e inofensivo en el ataque. Varios jugadores mostraron limitaciones. Rusia convirtió cada vez que llegó. Los reemplazantes aportaron goles.

domingo, 23 de octubre de 2016

Con el tiro del final

Maxi Rodríguez sacudió el tedio y dio el golpe en el clásico rosarino: 1-0 a Central en el Gigante en la única llegada de Newell’s. Fue un clásico rosarino típico en el que prevalecieron las precauciones y escasearon los riesgos. Se vio un trámite parejo, sin cambio de ritmo, sin matices y para olvidar rápido. Menos por los hinchas de Newell’s.

Con los ingresos de Ferrari y Gissi en la defensa y un mediocampo nuevo, Central intentó asociarse por abajo y generó las situaciones más claras a través de Camacho en tres ocasiones (una de tiro libre que le desvió Pocrnjic, la segunda remató afuera desde el área chica y la tercera fue una doble tapada de Pocrnjic, primero ante Ruben). Colman distribuyó el juego y José Luis Fernández tuvo apariciones esporádicas pero filosas por la izquierda.

Newell’s apeló a la segunda jugada: mediante salidas rápidas tiró pases largos y fue a presionar con escaso éxito. Amoroso, como centrodelantero, quedó aislado ya que Fértoli, Formica y Maxi Rodríguez no consiguieron juntarse con él. Con el correr de los minutos, Newell’s se replegó cada vez más y apostó al contraataque y a las pelotas paradas.

En el segundo tiempo, Central no encontró los caminos para molestar a Pocrnjic ya que resignó el modesto circuito futbolístico del primer tiempo, pese a los ingresos de Bordagaray y Herrera.


Newell’s cambió de posición a sus hombres más adelantados: Amoroso, Formica, Fértoli; y Maxi Rodríguez, pero su falta de peso ofensivo no cambió hasta el minuto 47 cuando Maxi ejecutó un córner, cabeceó Formica hacia el medio y la Fiera, de derecha, convirtió. 

lunes, 18 de mayo de 2015

Prejuicios

Cuando subieron esos dos morochos, se dispararon los prejuicios de varios pasajeros del 35/9. Los pibes lucían gorritas con la visera hacia atrás, estaban rapados en la nuca y los costados (uno con claritos) y tenían aritos y piercings. Uno llevaba la camiseta del Real Madrid y el otro, una negra deportiva. Celular y gaseosa en mano, tenían bermudas amplias, altas llantas y las miradas inquisidoras de muchos encima. Había que ver la cara de susto de algunas mujeres que se aferraban a la cartera. Otros comenzaron a palparse los bolsillos; casi se arma una batucada con esos sonidos. Hasta que un alevoso se sacó la billetera de un bolsillo trasero para ponérsela en uno delantero. Él solo se mandó al frente con ese movimiento brusco que llamó la atención de los que viajábamos cerca. Un flaco ¿de marketing? con pantalón de vestir y camisa celeste movió su morral del costado del cuerpo hacia adelante cuando fue a tocar el timbre. Yo iba atrás de todo, ubicado en el asiento del medio de la fila de cinco. La pareja que iba a mi derecha se paró y se bajó, por lo que fueron reemplazados por los pibes. Inmediatamente, las miradas de desprecio, sospecha y temor de los pasajeros que caminaban por el pasillo también se posaron en mí, cuando antes no me habían registrado. Me escanearon de arriba abajo. Pasé de observador a observado. De más está aclarar que los pibes nunca hicieron nada malo: hablaron lo justo, en un tono normal sin insultarse, gastarse ni golpearse, como vi otras veces a otros chicos. Indiferentes de los demás, se la pasaron chequeando sus cuentas de Facebook en el celular (¡no pusieron música!), mirando fotos y hablando de los 4300, 4400 amigos que tienen.

¿Estos prejuicios mejoran la convivencia en la sociedad, dejan todo como está o profundizan los problemas? ¿Esta comunicación no verbal es de buena educación, respeta al otro o es como decirle sin palabras "creo que sos chorro"? ¿No es violento que te prejuzguen? ¿Qué actitud tomarán esos prejuiciosos como dueños de su casa por ejemplo a la hora de dar trabajo a electricistas, carpinteros, plomeros, etc.? ¿A quiénes dejarán entrar? ¿Qué pasa en las empresas con las apariencias de los empleados (o postulantes)? ¿Qué se dicta en las escuelas de comercialización o Recursos Humanos? ¿Desde la primera clase se hace hincapié en que la imagen del trabajador es lo que vende y no el producto? ¿No tener buena presencia no convence, genera dudas y falta de respeto?