Los croatas hicieron poco durante los 120 minutos. Es cierto que tuvieron la iniciativa, pero no crearon tantas situaciones de gol y por momentos sufrieron en defensa. Arrancaron perdiendo y lo dieron vuelta con los tantos de Kramaric y Vida, en el suplementario. El arquero Subasic atajó un remate desde el punto del penal y Mario Fernandes erró el suyo y esa fue la diferencia en la definición.
Los rusos se plantaron atrás, al acecho de un contraataque. Trabajaron el partido, nunca se desordenaron y recurrieron al juego aéreo. Contaron con un Cheryshev picante para abrir la cuenta con un golazo y con Mario Fernandes para igualar, en el tiempo extra. En la definición, Akinfeev tapó un tiro desde el punto del penal, pero no les alcanzó.
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