El seleccionado inglés mostró un juego colectivo, elaborado y se impuso en la vía aérea. Convirtió a través de Maguire y Alli. Después del primer gol, inclinó la balanza a su favor. Antes era un partido de detalles. Pasó a semifinales.
Suecia apeló a su fútbol directo, con firmeza en el fondo y lucha en el medio. Con la desventaja no tuvo plan B, no supo salirse de su libreto; fue al frente más por inercia que por convicción. Cuando dispuso de situaciones favorables, chocó contra el arquero Pickford, de gran actuación.
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