El arquero ruso Igor Akinfeev les atajó los tiros a Koke e Iago Aspas y se transformó en la gran figura de la definición por remates desde el punto del penal. Antes, su equipo había jugado al contraataque, parado atrás con una línea de 5. Había encontrado el empate a través de Dzyuba de penal, luego de una mano de Piqué. Aguantó el resto del partido y el alargue y forzó los penales.
España tuvo la pelota la mayor parte del tiempo, pero no supo cómo penetrar la defensa rusa. Exageró con los pases laterales y no profundizó. En la prórroga, la entrada de Rodrigo les dio más vivacidad a los avances. Había abierto la cuenta en una pelota parada mediante Ignashevich en contra.
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