Los australianos dejaron una buena imagen colectiva. Manejaron la pelota de manera prolija y asociada, dominaron por momentos, se animaron a atacar y así provocaron huecos en la zaga holandesa. Bresciano, Leckie, Oar y Cahill (gol) se hicieron notar. Pero al final el esfuerzo no les alcanzó ni siquiera para empatar.
Los holandeses impusieron su jerarquía individual para dar vuelta una situación adversa. Fueron letales cada vez que atacaron. Evidentemente, es una estrategia de Van Gaal cerrarse y provocar el desgaste del contrario en el primer tiempo y arriesgar más en el segundo. Algo parecido, con matices, había hecho ante España. Robben y Van Persie fueron altamente efectivos y señalaron un tanto cada uno. El ingreso de Depay fue muy interesante por el gol y la dinámica que entregó por la izquierda.
Un centro de Bozanic dio en la mano de Janmaat pero no era deliberada: penal mal cobrado por el árbitro argelino Djamel Haimoudi. El australiano pateó muy cerca del holandés. ¿Cómo hace para sacar el brazo? Imposible. Lo convirtió Jedinak.
No hay comentarios:
Publicar un comentario