Por el
remate en el palo de Jara y los otros dos fallados y pese a la atajada de Bravo
ante Hulk, Chile se despidió. Lo hizo con dignidad, la frente alta y el respeto
de todos. Estuvo a la altura en los 120 minutos de juego. El Zurdo Sampaoli
planificó otra vez un partido para el aplauso. Su equipo tuvo actitud positiva,
mentalidad ganadora, solidaridad, sacrificio, orden táctico y buen
fútbol en el segundo tiempo. Bravo se agigantó cada vez que lo probaron. Medel
jugó desgarrado y fue un león: cortó muchos avances y luchó hasta que no dio
más. Marcelo Díaz quitó y aportó equilibrio. Vidal disputó su mejor partido.
Alexis Sánchez se destacó de nuevo y marcó el empate en un momento clave. Pinilla
estrelló un disparo en el travesaño en el último minuto del suplementario.
Lo mejor de
Brasil se vio cuando ejerció una presión asfixiante en el mediocampo, tuvo
velocidad para atacar y peligrosidad para definir. Mostró la jerarquía de sus
futbolistas (Neymar, Hulk), a quienes pararon con faltas. Aprovechó un córner
para abrir la cuenta a través de David Luiz, quien además exhibió empuje y
firmeza en el fondo. Sin embargo, esas virtudes fueron discontinuas y durante
algunos momentos del segundo tiempo directamente fue superado. En el suplementario,
avanzó por inercia y en el balance creó más situaciones de gol que su
adversario. Dani Alves sufrió algunos desbordes y Oscar tuvo un pobre
desempeño.
En el
complemento cuando iban 1-1, Webb anuló un gol legítimo de Hulk, quien bajó la
pelota con el pecho y no con la mano.
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