Hoy era EL día para Chile y el lugar, el Maracaná. Realizó un partido histórico ante el último campeón del mundo y se clasificó a los octavos de final. A pura actitud, esfuerzo, sacrificio, ganas, hambre de gloria. Un triunfo de principio a fin, de atrás hacia delante. Sorprendió al generar rápido dos situaciones de gol. Se colocó en ventaja a través de Vargas y la estiró con Aránguiz. Y terminó controlando el juego. El arquero Bravo descolgó todos los centros y se transformó en una muralla ante los intentos españoles. Medel se erigió en el bastión de la defensa. El mediocampo presionó y siempre dispuso de dos jugadores propios contra el rival que llevaba la pelota. El ataque conformado por Alexis Sánchez y Vargas estuvo imparable. Gran planteo táctico-estratégico de Sampaoli.
Lo de España, más que barajar y dar de nuevo, es “a Barajas”. Quedó eliminado porque le dio un destino incorrecto a la pelota, falló en la definición (insólito lo de Busquets) y se defendió mal. Careció de respuestas futbolísticas ante la marcación chilena y anímicas ante la adversidad del resultado. Sus figuras estuvieron lejos de su nivel y de amalgamar un equipo.
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