Mucho “Ojo de Halcón”, poco ojo humano. El asistente colombiano Humberto Clavijo le anuló al mexicano Giovani dos Santos dos jugadas lícitas que terminaban en gol. La primera por una posición adelantada, pero estaba en la misma línea, y la segunda fue incomprensible: no hubo falta ni offside.
México consiguió un triunfo merecido por su orden táctico, vocación ofensiva, momentos de dominio y mejores llegadas. Utilizó bien las proyecciones de sus laterales Aguilar y Layún, generó peligro con Dos Santos, Oribe Peralta (autor del gol) y el ingresado Hernández y se respaldó en la experiencia de Rafa Márquez.
Camerún, en vez de disputar la posesión de la pelota aprovechando su fortaleza física, esperó atrás y se salió del libreto recién con la desventaja. Más allá del acompañamiento esporádico de algún volante, Eto’o debió arreglárselas solo hasta el ingreso de Webo. Le falta para ser un equipo, por ahora es una suma de individualidades (Assou-Ekotto, Mbia o Choupo-Moting).
No hay comentarios:
Publicar un comentario