Otra vez, el equipo de Van Gaal cambió su imagen en el segundo tiempo.
De nuevo, los ingresados le aportaron aire nuevo y goles (Fer, de cabeza, y Depay).
Primero, esperó a su rival para explotar los espacios de contra. Cortó el juego
con faltas y tardó en recibir amonestaciones. Después, se adelantó y llegó de
manera nítida para ratificar el liderazgo en el grupo. Arjen Robben estuvo
imparable una vez más y asistió en el segundo tanto.
Chile se
plantó de igual a igual. Ejerció una presión colectiva para recuperar el balón
y mantuvo la mira en el arco de enfrente. Aunque en el complemento se aproximó
más de lo que lastimó. Confiado en sus capacidades, se animó a colocar un
enganche y tres delanteros. Antes del 0-1, ya había perdido de arriba en
defensa. Alexis Sánchez desplegó su habilidad, pero le faltó compañía. Terminó
como escolta.
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